María Josefa Acevedo de Gómez: La Pluma Rebelde de la Nueva Granada
- Juan Pablo Angarita Bernal
- 30 may 2024
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 1 jun 2024
Por: María Fernanda Chavarro Moreno

En el efervescente y tumultuoso escenario político y social de la Nueva Granada del siglo XIX, emergió una figura singular que desafió los convencionalismos de su tiempo. María Josefa Acevedo de Gómez, una mujer de mirada penetrante y mente inquieta, se convirtió en una voz influyente en la lucha por la igualdad y la justicia. Sus manos ágiles y seguras daban vida a las palabras que danzaban en su mente, y su voz, aunque suave, resonaba con la fuerza de sus convicciones, desafiando las injusticias y los prejuicios que la rodeaban.
En 1844, un período marcado por la agitación política y las luchas por la independencia en América Latina, María Josefa se sumergió en la escritura con una pasión ardiente y un propósito imparable. Inspirada por las ideas de igualdad y justicia, se embarcó en la redacción de su obra maestra: "Ensayo sobre los deberes de los casados". Este ensayo no solo buscaba instruir sobre las responsabilidades dentro del matrimonio, sino también cuestionar las estructuras patriarcales y promover una visión más equitativa de las relaciones humanas.
El proceso creativo de María Josefa fue tan cautivador como su propia persona. En su modesto estudio, una habitación iluminada por la tenue luz de una lámpara de aceite, rodeada de montañas de libros y documentos, daba vida a su ensayo revolucionario. Allí, entre el crujir de la pluma sobre el papel y el murmullo constante de ideas que luchaban por ser expresadas, nacía su obra, toda una aventura en el ámbito literario. La influencia de los grandes pensadores de la Ilustración y de los movimientos independentistas de América Latina se reflejaba en cada página, infundiendo sus escritos con una fervorosa demanda de cambio social.
El camino hacia la publicación estuvo plagado de obstáculos. María Josefa se enfrentó a la oposición de aquellos que deseaban mantener intactas las estructuras de poder existentes. Su voz desafiante y sus ideas progresistas fueron vistas con recelo por algunos, mientras que otros la veían como una amenaza directa a su status quo. Las críticas no solo vinieron de los círculos conservadores, sino también de ciertos sectores liberales que no estaban preparados para aceptar una voz femenina en el ámbito público.
A pesar de estos desafíos, María Josefa no se dejó intimidar. Aunque se consideraba a sí misma una mujer sentimental, sin ser bella y algo huraña o tímida, no permitió que estas percepciones definieran su destino. Con determinación férrea y convicción inquebrantable en sus principios, perseveró en su misión de llevar su mensaje. Con cada palabra escrita, estaba un paso más cerca de lograr su objetivo: abrir los ojos de una sociedad cegada por el velo de la indiferencia.
Finalmente, tras meses de arduo trabajo y dedicación, el ensayo de María Josefa vio la luz. Su publicación despertó un interés inmediato entre los ciudadanos de la Nueva Granada, quienes se identificaron en sus palabras como el eco de sus propias experiencias y luchas. La repercusión de su obra fue tal que se convirtió en un referente para las discusiones sobre los derechos de las mujeres y la reforma social en el país.
La obra de María Josefa no solo dejó una marca indeleble en la historia literaria de Colombia, sino que inspiró a generaciones futuras a seguir su ejemplo de valentía y determinación. Su legado perdura como un faro de esperanza en una sociedad que lucha por alcanzar la igualdad y la justicia. Su vida y obra nos recordaron que, incluso en tiempos de adversidad, una voz valiente puede provocar un cambio duradero.
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